lunes, 27 de mayo de 2013

Paris, mon amour

 París resuena en nuestra memoria con imágenes vistas mil veces: La torre Effiel iluminada, los cafés bohemios, las torres de Notre Dame enmarcadas por el Sena.. A esta ciudad romántica, bohemia y chic hay que asomarse sin cautela, dispuestos a apurar todo lo que nos ofrece, que es mucho.

Quimera de notre Dame
Para llegar, en avión, salvo que el tiempo no sea un problema y la visita a la capital se incluya en un itinerario por Francia. El aeropuerto Beauvais donde llega Ryanair está bastante lejos (1hora y media en bus), así que por una vez recomendamos Easyjet o Vueling, que también tienen precios moderados y tanto Charles De Gaulle (CDG) como Paris Orly son aeropuertos más cercanos al centro y bien comunicados. El RER (su versión del cercanías) línea B parte de CDG cada 10-15 minutos llegando a muchos puntos de París y es una buena opción porque no dependes del tráfico. El billete son 9,50 €, para que nos vayamos acostumbrando a los precios de esta ciudad, otro mundo¡
Es cierto que el centro de París es completamente asequible para recorrerlo andando y es lo recomendable para no perderse un detalle, porque la ciudad está llena de rincones con encanto. También que las comunicaciones, tanto RER como metro, son intachables y funcionan a la perfección, pero aún así, nuestra recomendación es alojarse en el centro de la ciudad, en un hotel-boutique. Hay muchas opciones y están en perfecta consonancia con la ciudad, con glamour y caros, pero cómo resistirse?
Habitación del hotel Edgar
El hotel Edgar, en el distrito 2, en una pequeña plaza alejada del bullicio es una buena opción (31 Rue D´Alexandrie), con sus doce habitaciones decoradas de manera diferente y su personal, tan amable que la fama de estirados de los parisinos se derrite como un terrón de azúcar. Ha sido inagurado en marzo de 2013 por lo que aún huele a nuevo y los dueños hablan español, un puntazo.
Le Robinet d´Or al lado del canal St Martin y el hotel Original son otros alojamientos con encanto y si tu presupuesto es más ajustado un apartamento de alquiler es una buena opción (echa un ojo en airbnb.es o en only-apartments.es).
Aparte de tener una oferta de museos apabullante, París ofrece otros encantos y si es tu primera visita es preferible recorrer sus calles y palpar la vida urbana. Como imprescindibles a visitar:

 
1-La torre Effiel iluminada. Si vas al atardecer es un acierto, podrás ver la ciudad tanto de día como de noche. Hay que tener en cuenta que igual que la ciudad se llena de luces, la torre se llena de turistas. Muy recomendable adquirir los billetes con antelación (y mucha) en la página web: www.tour-eiffel.fr. así te evitas las colas. Los campos de Marte extendidos a sus pies yel Palais de Chaillot en Trocadero en la otra orilla, brindan buenas fotos.
Notre Dame









2- Recorrido por el corazón de París: Ilé de la cité con Notre-Dame incluyendo las torres y su galería de quimeras, la Saint Chapelle con sus fantásticas vidrieras, la plaza Dauphin, el Mercado de las flores para desintoxicarse de piedra y las vistas desde el Pont Neuf y el jardín público detrás de Notre-Dame para asombrarse con el ábside y los contrafuertes de la catedral.

Mercado de las flores en la place Lépine
Despúes se puede pasar a la Île St Louis, recorrer la calle principal St Louis en Île y disfrutar de un helado en Berthillon, toda una institución para los parisinos.

3- Palais du Louvre. Acceder al museo es un lujo, pero necesitarás al menos un día entero y a nosotras nos gusta más el pateo. Lo que sí es imprescindible es la vista del palacio con la pirámide de cristal, pasar por el arco de triunfo del jardín du Carrousel para enlazar con otro jardín, el de las Tullerías, plagado de esculturas.
Estanque en el jardín de las Tullerías

El Palais Royal en la Rue Montpensier comunica con la paralela Rue Richelieu por diferentes passages couverts (galerías cubiertas) con tiendas tradicionales y cafeterías que son toda una delicia y una buena alternativa si llueve. Y al lado la rue du Fabourg St Honoré y el Triangle d´Or (Av Montaigne y av George V) con lo más granado de la alta costura.


Sacré- Coeur


Un descanso en Chez Plumeau, Montmartre



















4- Montmartre y Sacré-Coeur. La ascensión hasta la iglesia proporciona bonitas vistas y la Place du Tertre y las calles adyacentes conforman un dédalo lleno de colorido. Sólo una pega, demasiados turistas.. En la bajada, atravesaremos Pigalle con sus cabarets míticos como Moulin Rouge y espectáculos eróticos. Por cierto aquí está el Museo del Erotismo..

5- La orilla izquierda: St Germain y el barrio latino. El corazón intelectual de la ciudad tiene preciosos boulevards, cafés históricos como La Palette o Les Deux Magots, librerías fantásticas (Shakeaspeare&Company ,33 rue de la Bûcherie) y mucha animación. A su lado la Sorbona y el Panteón nos conectan con la rue Mouffetard, preciosa calle comercial , y con la place Contrescarpe donde hacer un alto en una de sus terrazas. Los jardines de Luxemburgo son el contrapunto ideal al bullicio: el Palacio de María de Médicis, fuentes, esculturas y mucho verde lo convierten en un lugar ideal para un picnic (los parisinos se aprovisionan en Le Grand Épicerie de Le Bon Marché, 22 Rue de Sévres).
Ya en Montparnasse, la altísima torre nos brinda unas vistas para algunos mejores que las de la Torre Effiel. La  rue Odessa es el reino de las creperias bretonas, Luis nos chivó que en Manoir Breton las galettes saladas y las crepes acompañadas de sidra están buenísimas y damos fe.

6- Marais y Bastilla: Los hôtels renancentistas del Marais hacen que este barrio tenga un encanto especial. Desde el hôtel Lamoignon al Carnavalet o al hôtel Sully, el Marais es la cara de un París más reposado y rabiosamente a la moda. No hay más que ver sus tiendas y boutiques, que por cierto abren en domingo, herencia de la comunidad judía que sigue palpitando en la rue des Rosiers. Se puede empezar en la explanada del hôtel de Ville y buscar rue de Vielle du Temple y la simétrica Place des Vosges entre las callejuelas de trazado medieval antes de adentrarnos en St Paul llena de anticuarios. Luego retomar rue Rivoli para llegar a la animación y jovialidad de la Bastilla. Nos encanta Au Petit Fer à Cheval (Rue de Vielle du Temple)  para hacer un descanso, las múltiples tiendas kosher en rue des Rosiers (para tomar un falafel: L´As de Felafel o Sacha Finkelsztajn con dulces típicos) y la curiosa tienda de ultramarinos Izrael (Rue Francois Miron).
Izrael
Interior de Angelina

7- El París mítico con Opera y la plaza de la Madeleine son también paradas inexcusables. Hay que asomarse a ver la fabulosa cúpula de galerías Lafayette y rodear la plaza Vendome con sus lujosos comercios inalcanzables a nuestros bolsillos. La plaza de la Concordia con su megalito egipcio y el puente Alejandro III son otras de las joyas que va desgranando la ciudad hasta llegar a la explanada de los Inválidos con su cúpula resplandeciente y la tumba de Napoleón.
Aquí se encuentran las mejores marcas, pero nos conformaremos que no es poco, con el chocolate de Angelina, Fauchon y sus delicatessen o Ladureé con los macarons más finos de la ciudad.
Chocolatería Patrick Roger en Place Madeleine




Como alternativa a las brasseries, los restaurantes de ramen en rue Sainte Anne, al lado del lujo la versión japonesa de sopa y tallarines es una opción diferente y barata. Probad por ejemplo Sapporo en el nº37 y rematad con un petit éclair de matcha (té verde) en la boulangerie Aki en el nº 16 de la misma calle.




8- Los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo. Lleno de vida , el paseo por los Campos Elíseos es ineludible y el Arco del Triunfo en un extremo apabulla. Las tiendas de lujo aquí son una atracción más con edificios llamativos donde conjugar moda y arquitectura.


9- Una nota gastronómica, mercados callejeros:
El más turístico en la rue Mouffetard, pero hay otras opciones como el de la Bastille y  el mercado de Rue Montorgueil, cerca del Centro Pompidou. Este último está lleno de tiendas que conquistan la vista: la delicada y carísima pastelería Stohrer, fromageries donde nos descubrimos indecisos (hay más de quinientas variedades de queso en Francia) o boulangeries como Eric Kayser donde el olfato enloquece  (nos declaramos fans del pan de multicereales, el brioche de chocolate blanco y por supuesto sus croissants¡¡). Para tomar un café o cenar es muy recomendable Au Rocher de Cancale con tablas de embutidos y quesos y un tartar de atún buenísimo..
Puestos en Rue Montorgueil
Au Rocher de Cancale
10- Dejar algo pendiente: el Viaduct des Arts con su paseo verde Promenade Plantée, descubrir los museos,  la zona del Canal de St Martin, Versalles...Es la mejor excusa para volver..

P.S: Mil gracias a Karol por descubrirnos la happy hour y ejercer de guía y de taxista¡¡
Por Merche