sábado, 27 de julio de 2013

Granada, pausada seducción

 Misteriosa, romántica y milenaria, pero también vital, dinámica y divertida. Granada es una ciudad adictiva a la que siempre querrás volver, perfecta para una escapada romántica o con amigos para disfrutar de su animada vida nocturna.
Para llegar, la autovía A-4 es una buena opción, se tarda escasas 4 horas desde Madrid ya que no tiene la suerte de contar con AVE.
Lo que no será un problema es el alojamiento, variado y de buena calidad. Un pequeño hotel en el centro (Casa Palacio López Daza o Párraga 7 son algunos ejemplos), en la Acera del Darro (Carmen del cobertizo) o en el mismo Albayzin (Casa Morisca) son buenas opciones.

La Alhambra desde el Generalife

Uno de los imprescindibles en Granada es visitar la Alhambra y el Generalife, una auténtica maravilla a los que dedicarás medio día. Hay mucho que ver: la alcazaba, el palacio de Carlos V o los Palacios Nazaríes. Recomendamos sacar las entradas con antelación y si tienes tarjeta de la Caixa y te puedes ahorrar recogerlas pues mejor todavía, porque para esto también hay cola. Hay varios tipos de entrada: diurna, nocturna, guiadas.. En la página http://www.alhambra-patronato.es viene muy bien explicado. Y por supuesto hay que rematar la visita con los jardines del Generalife, un prodigio de frescor y una auténtica delicia en primavera.

Calle del Albayzin
Las vistas del albayzin y el Sacromonte son magníficas, pero desde ambos colinas las de la alhambra son igual de soberbias. El Albayzin, con su dédalo de calles blancas es un placer para pasear y descubrir cármenes, plazas y rincones escondidos. El mejor remate es ver cómo cae el sol desde alguno de sus miradores, el de San Nicolás es el más famoso y por eso el más concurrido, pero hay otros. Justo al lado, tomar una cerveza en El huerto de Juan Ranas es un placer con mayúsculas y cuando ha caido la noche puedes ir a la plaza de San Miguel Bajo a cenar en algún restaurante como la Terraza de las tomasas (carril de san agustin)o el Mirador de Morayma (Pianista García Carrillo,2).

El huerto de Juan Rana

Desde el Albayzin, se puede bajar al centro por Calderería nueva, una calle llena de teterías, donde se puede tomar un té junto con dulces árabes que te transportarán a Africa. Pero no nos engañemos que al lado está la calle Elvira y el centro de la ciudad.

Plaza de la Catedral

La Capilla Real que alberga las tumbas de los Reyes Católicos y Juana la Loca y Felipe el hermoso, es otro de los sitios emblemáticos de la ciudad. Está situada al lado de la Catedral, otro monumento recomendable si tienes tiempo.
Cerca de ésta se despliegan puestos de especias, té y otras infusiones. En Medievo (Pasaje Diego Siloé), descubrimos el té con granada y el pimentón ahumado, totalmente adictivo..
En la esquina de la catedral donde se cruzan las calles Zacatín, Oficios y la plaza Bib-ramla, se sitúa la Alcaicería, el antiguo mercado de seda arrasado por un incendio en 1843, lleno de tiendas turísticas de nivel desigual, pero que conforman un sitio curioso donde fisgonear.

El centro de la ciudad nos depara sorpresas como el corral del carbón, ejemplo de arquitectura civil árabe, entre plazas arboladas y llenas de terrazas.  Los barrios de San Jerónimo y el Realejo son igualmente agradables y siempre es un placer recorrelos sin prisa para acercarse a la Universidad o degustar alguna de las tapas entre los bares que surgen.
Bodegas Castañeda

El tapeo en Granada es casi una religión y algo a lo que no hay que renunciar. Hay muchos sitios y todos de alto nivel. No te pierdas los clásicos como el vermouth de Bodegas Castañeda (Almireceros,1, al lado de la calle Elvira) o el rabo de toro de Los Manueles (Reyes Católicos,52) o prueba suerte en la conocida calle Navas (por ejemplo en Los Diamantes)
Para algo más chic, acércate La Hacienda Plaza (Plaza Nueva,3) o La Botillería (C/Varela, 10). Las opciones son tantas, que seguro que haces algún descubrimiento.
Interior de Hacienda Plaza

Y si quieres un postre, la heladería Los Italianos (Gran Vía de Colón,4) , tiene una merecida fama .El único problema será hacer cola, pero el sabor de la casatta o de la tarta de chocolate te harán olvidarla.
Lo que no se puede dejar pasar es tomar una Alhambra 1925 en una terraza del Paseo de los Tristes, la vista de la Alhambra iluminada de noche es una gozada. El paseo se llama oficialmente del Padre Manjón, pero se le conoce así, porque era el camino que seguían los muertos hacia el cementerio..

La Alhambra desde el Paseo de los tristes
Y como colofón, compra unos piononos en Casa Isla (Acera del Darro,62 y más sucursales), un recuerdo muy dulce de esta ciudad mágica.

Por Merche, con la ayuda de Virginia (mil gracias¡)